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viernes, 22 de marzo de 2013

Los 4 tipos de comedores compulsivos. ¿Eres alguno de ellos?


Se suele decir, en pocas palabras, que un comedor compulsivo es aquel que “come demasiado”. Esta definición es quizás algo general y puede dar lugar a una mala interpretación. Frases típicas que solemos escuchar serían: “No puedo controlar mi apetito”, “Tengo un problema de fuerza de voluntad” o “Me encanta tanto la comida que tengo que seguir comiendo”.
comedores compulsivos

La realidad es que no todo el que se hace llamar comedor compulsivo es en realidad uno. Es decir, no sabemos exactamente qué es “comer demasiado”. ¿Por qué? Bueno, a veces la gente está educada para creer que una cantidad inusualmente pequeña de alimento puede considerarse normal y suficiente. Esto puede ser debido a que se crió en una familia que fomentó el mensaje de “no comas demasiado o vas a engordar”. También existe gente etiquetada falsamente como comedores compulsivos únicamente por ser esclavos de la dieta. Por ejemplo, hay personas que se etiquetan como comedores compulsivos porque a veces se comen una barrita de chocolate. Esto no se considera “comer demasiado”, lo que ocurre es que se trata de una comida que se encuentra fuera de su dieta y lo consideran un pecado.
Luego tenemos a los que verdaderamente comen demasiado, aquellos en los que la evidencia física salta a la vista. Un comedor compulsivo es simplemente una persona atrapada en un patrón de comportamiento que podría ser impulsado por los diversos motivos.
Para daros una idea de los diferentes tipos de comedores compulsivos que existen hemos elaborado una pequeña lista. Esperamos que os oriente sobre este tema.
1. Comida social.
Sería el caso en el que determinada persona está cenando con los amigos o familiares y, siendo consciente de haber alcanzado su punto de satisfacción y estar saciado, sigue comiendo de todos modos. Los demás todavía están comiendo y no quiere ser el primero que deja de comer. En estos casos nos sentimos atrapados por una experiencia social y por el hábito de acabar nuestro plato.
2. Mente desprotegida.
Al estar viendo la televisión, con el piloto automático, estamos distraídos. Lo que define esta categoría es que nos encontramos muy desconectados de las señales de nuestro cuerpo y no prestan atención en ningún momento a lo que sucede mientras comemos. La señal de saciedad pasará inadvertida.
3. Respuesta emocional.
Esto es lo que comúnmente conocemos como “comer emocional“. Existe una sensación que no queremos  sentir o creemos que esa sensación pronto nos va a invadir, y lo que hacemos es intentar frenar ese sentimiento o pensamiento negativo con la comida. Por lo general, con demasiada comida.
4. Antojos fuertes.
Cuando sentimos un fuerte deseo o atracción biológica de forma incomprensible o inexplicable por comer un determinado alimento. Nos resulta difícil comer sólo una pequeña porción de ese alimento, por lo que comemos mucho más de lo que necesitamos para saciarnos.

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